El presidente Luis Abinader dijo que esta misma semana invitará formalmente a los expresidentes Danilo Medina, Hipólito Mejía y Leonel Fernández para hablar sobre la situación de Haití y sus implicaciones en República Dominicana, en un encuentro entre todos o de manera separada.
«Ojalá sea los cuatro juntos. Si no, lo hago de manera separada. Si alguno no quiere venir al Palacio, coordinamos dónde reunirnos», dijo en LA Semanal con la prensa, su rueda de prensa de los lunes.
Recordó que hace dos años invitó a los partidos de la oposición «y no acudieron», pero que eso ya es parte del pasado y que ahora se requiere de la unidad nacional por la envergadura del desafío.
«Tenemos una situación en Haití, sin precedentes, histórica, por lo tanto, eso enfrenta retos sin precedentes a la República Dominicana. Y yo le hago una invitación personal a los expresidentes, tanto a Leonel Fernández como a Danilo Medina, como a Hipólito Mejía, a que nos reunamos, puede ser, ojalá sea los cuatro juntos o yo lo hago de manera separada. Si alguno de ello no quiere venir a Palacio, coordinamos donde reunirnos, pero yo pienso que tenemos que tener una actitud de unidad nacional en este tema», manifestó el mandatario.
Añadió que República Dominicana continuará con su política de deportación de haitianos indocumentados, criticada por las Naciones Unidas y Amnistía Internacional, y consideró que el país enfrenta «retos sin precedentes» debido a que en Haití se produce «una situación sin precedentes».
«Vamos a seguir, el país tiene que seguir con las leyes migratorias, cumpliendo con las leyes y la Constitución», dijo y aseguró que su Gobierno ejecuta las deportaciones respetando los derechos humanos de los haitianos en situación migratoria irregular.
Abinader sostuvo que la ONU no le ha envidado las declaraciones del jueves pasado de su secretario general, António Guterres, que criticó la implantación del protocolo de verificación migratoria en los hospitales dominicanos, algo que solo en el primer día derivó en la detención de 87 pacientes haitianas embarazadas y próximas a dar a luz.
La medida «puede repercutir rápida y negativamente en las personas que buscan atención sanitaria -entre ellas mujeres a punto de dar a luz- y que no quieren hacerlo porque creen que los hospitales no son lugares seguros», apuntó ese día a través de su portavoz de la Secretaría, Stéphane Dujarric.
Un día antes, Amnistía Internacional (AI) pidió al Gobierno dominicano poner fin «de inmediato» a las expulsiones colectivas de haitianos y derogar el protocolo que vincula el acceso a servicios de salud con la deportación.
Abinader respondió, un día después, que la organización internacional lo que debía hacer era ir a trabajar en Haití: «que vayan a ocuparse de la situación de los derechos humanos en Haití, que no abandonen Haití. Y a la comunidad internacional también que lo haga».