Líderes políticos que no pudieron reconciliarse tras rupturas ideológicas y de poder

Importantes figuras y líderes políticos divididos por sus ideales o lucha por el poder, no volvieron a reconciliarse, algunos de los cuales ya fallecieron y se llevaron a la tumba sus diferencias.

Se trata de figuras presidenciables y líderes de alto nivel, que antes de sus rupturas políticas, formaron mancuernas exitosas, pero sus diferencias fueron tan radicales, que algunos prefirieron formar tiendas aparte y no volvieron a comulgar juntos.

Hay líderes que aún viven, pero no se vislumbran las posibilidades de que puedan reencontrarse, como es el caso de Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado.

Entre los enemigos políticos que se llevaron sus diferencias a la tumba están: José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta, Peña Gómez y Juan Bosch.

En el caso de Vincho Castillo no pudo reconciliarse con los ya fallecidos Peña Gómez, Salvador Jorge Blanco y Hatuey De Camps, tampoco Fernando Álvarez Bogaert con Balaguer, ni Eduardo Estrella con Jacinto Peynado.

Hipólito Mejía fue presidente 2000-2004 y Miguel Vargas su subalterno, ministro de Obras Públicas. Sus diferencias comenzaron desde el 2008 cuando Vargas Maldonado fue candidato presidencial, perdió las elecciones y acusó a Mejía de su derrota, por negarle apoyo.

Para el 2012 Mejía le gana la nominación presidencial del PRD a Vargas Maldonado, pero este no se sumó a la campaña. “En esa patana no monto yo”, fue su expresión. El PRD perdió y Mejía acusó a Varga Maldonado de traidor. Luego iniciaron una lucha por el control del PRD, que culminó con la salida de Mejía y Luis Abinader, fundaron el PRM y ahora gobiernan a RD.

Van más de 13 años de la convención del PRD del 2011 y Mejía y Miguel son han vuelto a juntar, salvo en actividades sociales de amigos comunes, juntos pero no revueltos.

Juan Bosch era el líder del PRD y Peña Gómez su seguidor y dirigente emergente. Sus diferencias iniciaron a raíz de la publicación de la tesis política de Bosch, denominada: “Dictadura con Respaldo Popular”, que fue escrita en su exilio en España en el 1969, pero no fue aceptada por un grupo del perredeismo, liderado por Peña Gómez.

Esto fue el detonante para que Bosch ordenara la abstención del PRD en las elecciones de 1970, en contraposición de la tendencia de Peña Gómez y vino la división en 1973 y Bosch fundó el PLD.

Para las elecciones del 90, Bosch y el PLD eran opción de poder para ganar y Peña encabezaba un PRD dividido por la salida de Jacobo Majluta. El líder peredeista ofreció respaldo incondicional al PLD y Bosch lo rechazó, perdiendo los comicios de Joaquín Balaguer.

Para el 1997, Peña Gómez enfermo e interno en New York, fue visitado por Bosch y si estima que de ese encuentro llegó la reconciliación y se puso fin a la rivalidad, pero nunca hubo un comunicado, testimonio o anunció público de reconciliación.

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